miércoles, 10 de marzo de 2010

Un fantasma recorre Hollywood






De acuerdo a investigaciones exclusivas de este blog, estamos en condiciones de afirmar que un fantasma recorre Hollywood: es el fantasma del trotskismo argentino.
Hace un tiempo Ricardo Darín recordó en una entrevista que militó en la Tendencia Revolucionaria Socialista (TERS), organización estudiantil de Política Obrera, antecedente directo del Partido Obrero. (Ver: http://www.clarin.com/diario/2010/01/03/espectaculos/c-02112096.htm)
Todavía se recuerda a Soledad Villamil militando en una escuela secundaria en la Zona Norte, donde lideraba el Centro de Estudiantes. Fuentes de primera mano aseguran que se acercaron a la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), organización juvenil del Partido Obrero, movidas tanto por la pasión revolucionaria como por la posibilidad de estar cerca de la sonrisa de la bella actriz. El padre de Villamil es uno de los principales dirigentes del PO. (Ver: http://www.elargentino.com/nota-60322-Estoy-a-la-izquierda-de-este-gobierno.html)

Hasta este punto, podríamos darnos por satisfechos y asegurar que si El secreto de sus ojos ganó el Oscar se debió, en algún punto, a la influencia del pensamiento altamirista en sus actores principales, que seguramente pensaron en aquella militancia en algún momento de la elaboración de sus personajes. ¿Alguien duda de que la pareja más interesante del cine nacional conversó en algún descanso en el set acerca de esos pasados trotskistas?

Cuánta no sería nuestra sorpresa hoy cuando Nicolás Schmerkin, el argentino que subió al escenario del Kodak este domingo a recibir la estatuilla calva y dorada por el corto Logorama, contó a una revista local (el viernes en sus kioscos) que sus padres eran militantes de Política Obrera que se habían exiliado en Francia. Ese chico, entonces, mamó trotskismo. Declaró a La nación acerca de su corto: "Podés verlo como una película subversiva o como un film de acción. Hay millones de significados y cada persona ve cosas diferentes". Contundente.

Como decía el poeta: "Primero fueron por Hollywood, pero yo no era cineasta y no me importó. Después fueron por el Martín Fierro, pero como no miro tele, no hice nada. Ahora están en la Casa Rosada, pero ya es tarde". Ante la fenomenal crisis económica mundial, estén atentos a que el éxito del trotskismo en las arenas del cine mundial troque en conquistas políticas de la clase obrera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena nota.

Y ojalá se cumpla lo último...

Che ¿y en que revista sale lo de Schmerkin?

diego dijo...

En veintitrés, que sale el jueves por la noche.